Cantopolítico: Víctor Jara - Pensamiento

El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, ni participa. No sabe que el costo de la vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.

jueves, septiembre 16, 2010

Víctor Jara - Pensamiento



Nuestro deber es luchar segundo a segundo para darle a nuestro pueblo su propia identidad, su identificación con el folclore, que es el lenguaje más auténtico que posee el pueblo y, a través de la canción popular, ayudarle a entender la realidad, la de sus amigos y enemigos y, a través de la música, ayudar a nuestro pueblo a desenmascararlo todo, a transformarlo todo: no con profecías paternalistas, sino junto a ellos. (Víctor Jara)

Nosotros somos porque existe el amor,y queremos ser mejores, porque existe el amor y el mundo gira bueno, crea, se multiplica porque existe el amor. Nosotros, a los que nos dicen cantantes de protesta, creemos que el amor es lo fundamental. El amor y la relación del amor de un hombre con una mujer, de una mujer con un hombre o del hombre con sus semejantes, con sus hijos, con su hogar, con la patria, con el instrumento que trabaja, es vital. Es la esencia de la razón de ser del hombre. Por eso que no puede estar ausente de la temática de un cantor popular.

Chile, más o menos por ahí por el año 67, comienzos, apareció un disco de Violeta Parra con canciones donde ella hablaba de la verdad, de lo auténtico, de lo verídico, de lo real de Chile. Porque Violeta Parra ya había dedicado prácticamente 40 años de su existencia a cantar canciones que ella recopilaba, las canciones que el pueblo canta a través de toda la geografía de Chile, que canta por tradición, que pasan de abuelos a padres, de padres a hijos. Y de pronto apareció esto, que causó una conmoción y nosotros sentimos, un grupo de compositores, que ese era el camino que la canción debería tomar en nuestro país. Es decir, un grupo de personas que pensaba que ya basta de música extrangerizante o de música que no nos ayuda a vivir, que no nos dice nada, que nos entretiene un momento y nos deja tan huecos como siempre, y comenzamos a hacer este tipo de canción. Y justo en el momento cuando los trabajadores en mi país comienzan a unirse en lo que pronto se llamaría la Unidad Popular y que obtuvo el éxito que sabemos en los años 70. Así que fue una canción que surgió de la necesidad total del movimiento social en Chile. No fue una canción aparte de eso. Violeta marcó el camino y por ahí seguimos.

Hubo un momento, en Europa, en Estados Unidos, cuando surge el término protesta, de una juventud que traía la experiencia de la Segunda Guerra Mundial, y surge ponte tú, Pete Seeger, Joan Baez, Bob Dylan, que cantan una canción pacifista, que cantan una canción esencialmente que critica y denuncia esta sociedad que los ha llevado casa a la ruina moral. Ese término me parece muy acertado entonces. Posteriormente en Latinoamérica empieza la juventud a vibrar más con el acontecimiento social de sus propios paises. Y empieza a rebelarse, empieza a unirse a trabajadores del campo, de la ciudad, para manifestar esta rebeldía y hacerla conjuntamente con los trabajadores una especie de protesta del sistema o protesta de lo que se puede decir concretamente de un sistema imperialista que maneja nuestras riquezas y que manejas nuestras vidas en el fondo. Entonces empieza a surgir en nuestro continente un tipo de canción rebelde.

Nuestro país, que vive momentos históricos, que nos ha tocado la dicha vivir. Difíciles, porque claro, siempre cuando uno cambia de posición, cuando cambia de estructura mental no es fácil y hay muchos sin sabores. Pero dentro de estos sin sabores, también hay grandes alegrías, profundas alegrías, y esa alegría no tiene límites cuando está construida por jóvenes y trabajadores de todo el país, que están junto de la mano por el único afán de construir un país libre, soberano, digno


Yo lejos un poco de mi patria, pero cerca porque pareciera que estuviera en el corazón de ella aquí junto a ustedes.

Víctor Jara.
Agosto de 1973, Perú.


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