Cantopolítico: marzo 2010

El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, ni participa. No sabe que el costo de la vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.

martes, marzo 30, 2010

Que no haya equívocos

El hombre que ha dejado de ser hombre, ese fantasma que choca cadenas con cadenas, podrá tener fiestas y regalos, por mi parte, no puedo ni debo traicionarme, aún cuando todo el cielo de esta tierra, caiga sobre mi destino y estadía, y me triture los brazos y las piernas, los ojos que guardé de niño en mi caja de colores, y los primeros versos de la nueva vida. (Fesal Chaín)

Por Fesal Chaín.

Mi compromiso siempre es desde la palabra, que denomino vivificadora, hacedora, en lo posible develadora de aquello que la ceguera y la falsa conciencia se encargan de esconder bajo la cama o en viejos desvanes olvidados.

La majadería no es mi vocación, es la palabra siempre, allí donde las ideas sean proscritas, en ese lugar estaré siempre con mi oficio alentando el coraje de los perseguidos por el espíritu histórico. En eso tengo, si es que en la vida se puede tener alguna certidumbre, una cierta seguridad y compromiso ineludible, especialmente conmigo mismo y por continuidad con los marginados y olvidados.

Nada me puede dar más satisfacción que se lean mis artículos, poemas y narraciones, pero si hay algo que me da un placer superior, es que me ataquen de distintas trincheras. Es a mi juicio, un buen indicador que uno va por la senda de la belleza y no en el camino aberrante de la porfía de los fascistas y/o estalinistas de la vida.

Para ser más claro, y para tener cierto sentido de la historia, aún cuando es evidente que debemos superarla por un camino filosófico distinto, la dictadura pinochetista fue a no dudarlo, la experiencia humana más aborrecible y cruenta de nuestra experiencia reciente. Y a pesar de mi oficio y de mi vocación, me atrevo a afirmar que no hay lenguaje para describir el horror y mantener la memoria viva del genocidio. Hay palabras y siempre las habrá, pero nunca resultarán suficientes para mantener en las conciencias las imágenes, el miedo, la rabia y la orfandad de un pueblo casi indefenso frente a la barbarie.

Pero para ser aún más claro. Que fuese la izquierda chilena levantando todas las formas de lucha, un alternativa heroica y valiente frente al pinochetismo genocida, y que como generación nos hayamos comprometido a través de ella en la defensa de nuestro pueblo, y que además en esa lucha hayamos comprendido las determinaciones sociales de la dictadura, no significa de ningún modo, que tengamos que aceptar a priori, la defensa religiosa de esa misma izquierda a todo aquello que, ya sea por ideología, por falsa lealtad o agradecimiento de la solidaridad, levante como justo y bueno, cuando la evidencia nos muestra que no lo es.

No es el objetivo de este artículo adentrarse en los fundamentos políticos profundos de la tradición antiestalinista no socialdemócrata, de una izquierda que al menos se ha quedado entre nosotros como herencia cultural y que siempre defendió los derechos políticos y sociales de los trabajadores por sobre el aparato del partido y del Estado. Ni tampoco entrar en el debate de la preeminencia de la democracia representativa, de la división de poderes y del multipartidismo por sobre otros modelos.

Más bien quiero centrarme en el supremo valor de los derechos humanos y en especial de la libertad de conciencia, en un mundo en el que ya no basta levantar banderas y bajo ellas justificar cualquier acto político. Probablemente en pleno siglo XX, a la vez que se admitía el uso de la violencia política por parte de los movimientos de liberación, también se justificaba por unos y por otros que el Estado fuese implacable. Pero después del genocidio Nazi, de los crímenes del estalinismo y de las dictaduras militares del Cono Sur, se ha internalizado en las conciencias de buena parte de la humanidad, no de los dominantes por supuesto, que por sobre los experimentos ideológicos debe existir el imperio del respeto a los derechos humanos, el derecho a vivir en la patria, y a la libertad de conciencia y expresión. Justificar la represión sistemática del Estado y el Gobierno a sus detractores por razones ideológicas, y políticas, es inadmisible bajo todo punto de vista.

Justamente, porque luchamos contra el horror del pinochetismo y sufrimos sus actos, es que no deseamos para nadie, para ningún país, ni clases, ni grupos, ni individuos, que sufran el exilio, el terrorismo de Estado, la tortura psicológica, física o ambas, el silenciamiento de sus ideas y el encarcelamiento por ellas. Este deseo es válido para todos quienes creemos en el desarrollo humano, pero en especial para los escritores. Pues los creadores, como conciencia sensible y crítica de la humanidad, nunca deberíamos estar al servicio de determinadas miradas o poderes, sino al servicio de la palabra vivificadora y de los dominados de todo signo, y nunca con los sepultureros de los sueños, ni con los enterradores de las libertades.

Y para clarificar más mi posición frente a la Revolución Cubana, hago míos los principios básicos que planteara Pablo Milanés en España y publicadas por El Diario El Clarín de Argentina el 20 de marzo de este año:

"No soy un defensor de los derechos humanos solamente, ni de la libertad de expresión, ni del derecho a huelga, ni del restablecimientos de sindicatos -representados por los obreros y no por el Estado-, ni de la instalación del pequeño comercio, ni la libre salida del cubano de su país, etc. sino que soy un luchador por la perfección del socialismo que hemos proclamado durante 50 años".

Porque nuestros muertos por la libertad en Chile durante la dictadura, son los mismos muertos de hoy por la libertad en cualquier parte del mundo. Si no queremos ver eso, entonces nos interesa sólo nuestra ideología y nuestra política, en suma nuestra vocación de imponer cierto espíritu histórico, por sobre la libertad y los derechos humanos de quienes además son capaces de dar la vida por ellos.

jueves, marzo 18, 2010

La Fe en la Revolución...

Por Octavio Alberola.

[Octavio Alberola ha sido un destacado militante en la lucha antifranquista. Coordinó el organismo llamado Defensa Interior (DI), un grupo secreto formado en 1962, por acuerdo de la CNT, la FAI y la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias para reactivar la lucha contra el régimen del general Franco.}

¿Hay que lamentarse o felicitarse por la actual perdida de Fe en la Revolución? ¿La revolución es un acto de fe o una lucha permanente por la igualdad y la libertad?

Nos guste o no, la Fe
en la Revolución ha reculado enormemente en el mundo y esto es fácilmente comprobable, inclusive entre las masas laboriosas que más soportan la brutal explotación capitalista. Pues hasta los que continúan proclamándose hoy Revolucionarios lo hacen con un tal convencimiento que es difícil saber si lo hacen por fidelidad a un pasado nostálgico o por aparentar un determinado radicalismo.

Y se puede decir aparentar porque, en ningún caso, sus conductas son la prueba de una praxis, de una acción real de demolición del orden capitalista imperante; pues, en el mejor de los casos, cuando tales proclamaciones no son demagógicas, de pura fachada, ellas expresan sólo los deseos de transmutar en realidades la retórica revolucionaria. Aunque en general sólo se hacen para dejar constancia de que no se ha renunciado al ideal manumisor, de que no se ha sucumbido al encantamiento reformista…

La pérdida de la Fe en la Revolución es pues incontestable, y más que al espejismo del bienestar material alcanzado a través de las luchas reformistas o de la integración mayoritaria del proletariado a la ideología del consumismo capitalista, esa desafección parece provenir más bien del desencuentro de esa Fe con la realidad de la Revolución. O, por lo menos, de la realidad de la Revolución tal como, hasta hace poco, ésta había sido pensada e intentado realizar.

Pues, querámoslo o no, tanto marxistas como anarquistas habíamos pensado y creído que la Revolución era, debía ser, una forma social igualitaria impuesta irremediablemente por la fuerza. De ahí la diferencia entre Revolución y Reformismo, entre los que se proclamaban “revolucionarios” y aquellos a los que se consideraba “reformistas” por querer avanzar más lentamente… El viejo dilema entre el ahora y el mañana… con el trasfondo de la necesaria violencia revolucionaria para vencer a la violencia del Capital y el Estado. La Fe en que la Revolución sólo es posible con la victoria del Proletariado sobre el Capitalismo en esa guerra social, política y a veces militar, que la inconciliable disparidad de intereses mantiene abierta entre estas dos clases.

Es en tal disyuntiva histórica que marxistas y anarquistas coincidíamos en la misma Fe en y por la Revolución, sin darnos cuenta de que, en la denuncia del Reformismo, del posibilismo político y social, unos y otros nos contradecíamos: los marxistas por participar en el parlamentarismo y los anarquistas en el sindicalismo. Claro que tanto unos como otros creíamos resuelta tal contradicción con simplemente proclamarse revolucionarios… O con intentar, en determinadas situaciones, hechos insurreccionales… y, cuando estos hechos les fueron favorables, con proclamar la Revolución: en Rusia en 1917 y en España en 1936.

LAS CAUSAS…

Pero hoy sabemos lo que nos deparó la historia después. Cómo y en qué han acabado las Revoluciones triunfantes, las que se impusieron por la fuerza y se erigieron luego en sistemas dictatoriales, cuando no descaradamente totalitarios. Y esto es así porque esas praxis, esas acciones que se pretendieron o que, en algunos pocos casos, se siguen pretendiendo ser una Revolución, no sólo no cambiaron la relación de sometimiento y explotación, en el seno de esas sociedades, sino que, además, se demostraron incapaces de autocrítica y, en consecuencia, incapaces de poder evitar el volverse ancien régime

Un siglo de Revoluciones triunfantes, habiendo pretendido todas, sin ninguna excepción, haber instaurado el socialismo, cuando no el comunismo, y acabado restaurando el capitalismo en beneficio de la burocracia transformada en nueva oligarquía. Y muchas de ellas, por no decir todas, tras haber impuesto el terror como forma de gobernar y controlar la población, una población convertida en asalariada del capitalismo de Estado.

Ante tal fracaso del ideal revolucionario confrontado con su praxis histórica, ¿cómo seguir teniendo fe en la Revolución? Claro que se puede argüir, como explicación, el hecho de que todas esas experiencias partían ya contaminadas con el virus del autoritarismo y el exclusivismo ideológico, de que todas ellas fueron comenzadas o acabaron protagonizadas por un Partido único, cuando no por un Caudillo. Y que, en tales condiciones, era inevitable que se acabara confiscando y sometiendo el impulso revolucionario de las masas a las ansias de poder del Caudillo o de la élite que pretendía y pretende encarnar la Revolución. Claro que es legítimo argüir esto; pues es evidente que esta orientación autoritaria, jerárquica, fue determinante para que todas esas experiencias revolucionarias no pudieran pasar del capitalismo de Estado al verdadero socialismo o comunismo con libertad.

Como es igualmente evidente que, al considerar como única propiedad sagrada la del Estado, es el derecho de propiedad que se hace de nuevo central y la propiedad estatal se convierte en el paradigma de todos los derechos fundamentales. Y que en tales condiciones sea la clase que detenta el poder y gestiona el Estado la única en aprovecharse del valor que el trabajo del pueblo produce. ¿Cómo pensar pues que esta clase pueda tener interés alguno en renunciar a los privilegios adquiridos? Al contrario, ella hará todo lo que esté en su poder para evitar que el pueblo pueda conseguir la socialización de los medios de producción; pues es evidente que preferirá, como así ha sido, la reconstitución del orden burgués históricamente hegemónico. Y aquí está el principal fallo de la profecía marxista.

Ahora bien, que esto haya sido así porque el “modelo” revolucionario seguido fue el marxista, es sin duda cierto; pero eso no quiere decir que si se hubiera seguido el “modelo” anarquista, tanto en la etapa insurreccional como en la post insurreccional, los resultados habrían sido fundamentalmente diferentes. No sólo porque no es legítimo suponerlo y aún menos afirmarlo, sin experiencias históricas probatorias, sino porque, impuesta la Revolución anarquista también por la fuerza, se habrían creado inevitablemente las condiciones de la jerarquización de la lucha y de la gestión del triunfo revolucionario, como ya comenzó a verse en la incipiente y malograda “revolución española”.

NECESIDAD DE RECONSIDERAR…

El problema es pues la Revolución concebida como un parto con fórceps, como el resultado de una lucha armada y un triunfo militar… La conquista de los Palacios de Invierno o la derrota del capitalismo por una huelga general revolucionaria, con el pueblo armado desarmando a la policía y al ejército. Esos proyectos elaborados para construir el devenir de la historia… Sueños de otro tiempo, que se han ido a dormir en los cajones de los que escriben la Historia, y de los que nadie o casi nadie se atreve hoy a mencionarlos siquiera. Y ello a pesar de que el capitalismo vuelve, cómo antes, a mostrar cínicamente sus entrañas, a presentarse como lo que realmente es: un sistema de explotación y dominación injusto, brutalmente injusto y absurdo, además de destructor del planeta.

¿Cómo pues no tomar en consideración esta inédita situación?

Por primera vez, en la historia de las luchas contra la explotación y la dominación, la alternativa no ha sido tan brutalmente evidente, tan clara y urgente: o salimos del capitalismo o seguiremos en la barbarie y avanzando hacia el abismo…Pues, con este sistema, además de la continuidad de la explotación y dominación capitalistas hay ahora el peligro de nuestra propia desaparición como especie. Y, sin embargo, es este modelo productivista y consumista el que siguen aplicando, en complicidad con las transnacionales capitalistas, hasta los que pretenden gobernar hoy en nombre del “socialismo”.

De ahí pues la necesidad y la urgencia de reaccionar antes que sea demasiado tarde para impedir que se realice tan terrible perspectiva, y, para ello, es necesario y urgente reconsiderar la idea misma de Revolución. No sólo para evitar nuevos fracasos sino también para hacer posible la multiplicidad de las resistencias y la creación de espacios comunes de libertad y creatividad. Algo que ya está a la obra, pues en estos espacios de resistencia y creatividad se encuentran ya anarquistas y marxistas denunciando los fracasos de esas Revoluciones que no quisieron o no supieron socializar los medios de producción y la fuerza de trabajo, que se quedaron en la sacralización del Estado y con ello contribuyeron a consolidar la ilusión, generadora de impotencia, de una supuesta efectividad global del poder capitalista.

Marxistas y anarquistas cuestionando la idea de la excepcionalidad del Estado como trascendencia de la sociedad, tanto en la base del poder actual del capital como en la del futuro poder revolucionario. No sólo por su inoperatividad probada sino también porque es una fórmula segura de generar sometimiento, derrotismo y pasividad. Y porque, además, el Estado y lo público son también formas de expropiación de la libertad y lo común; pues, sea privada o pública, la propiedad es y será enemiga de la libertad y lo común.

TRANSFORMAR LA OBEDIENCIA EN DESOBEDIENCIA…

Ha costado comprenderlo y admitirlo; pero es obvio que, en tales condiciones, es mejor no tener Fe que tenerla. Y tanto más si ella es ciega e incondicional; sobre todo, tratándose de la Revolución. Esa Fe, obligatoriamente religiosa, que nos empuja a considerar como enemigos, y a oprimirles y hasta matarles, a todos aquellos que no piensan como nosotros. Esa Fe que se expresa en frases aparentemente inocuas y bellas, como “la magnificencia y sublimidad del compromiso revolucionario”; pero que pueden acabar traduciéndose en actos terribles…

Y de ello hemos tenido demasiados ejemplos a lo largo de este siglo de Revoluciones triunfantes, y todas, absolutamente todas, finalmente desvirtuadas, fracasadas. Además, la revolución no debe ser un acto de Fe, ni siquiera para construir un paraíso terrenal. Y mucho menos si este paraíso debe surgir de un cataclismo…

Ya en un artículo anterior he recordado como Heward Zinn nos advertía: “¡Cuidado con tales momentos!” Y lo traigo a colación porque, en efecto, yo también considero que el cambio revolucionario, que la revolución debemos comenzarla ahora mismo, empezando por deshacernos de las relaciones autoritarias en cada instante y lugar de la vida cotidiana, rompiendo la lógica de la obediencia que el poder, toda forma de poder, tratará de imponernos. Resistiéndole, practicando la desobediencia y dando el ejemplo de cómo deseamos vivir; pues son estas acciones, inclusive “las más pequeñas acciones de protesta en que participamos”, las que se convierten “en las raíces del cambio social”.

Es pues este desafío, radical y permanente al estado de cosas impuestas por el sistema dominante, el que prepara desde hoy el cambio revolucionario de mañana. Un cambio que no se anuncia con fanfarrias ni proclamas, y mucho menos con movilizaciones encuadradas por líderes y lemas. Un proceso que no es una creación ex nihilo sino de metamorfosis de la sociedad, que se hace presente en todas partes y en ninguna, impulsado por gentes con dignidad y coraje que defienden conscientemente sus formas propias de vida.

Es la insurrección de las conciencias que afirman su voluntad de existir libremente, sin relaciones de obediencia o de mando, en la igualdad y la autonomía, y sin la cual la revolución no sería más que una Utopía mesiánica y el revolucionario un acólito rezando incansablemente en las brumas teológicas de la Fe en la magia decisoria del Poder.

lunes, marzo 15, 2010

La Izquierda con Valores v/s la Izquierda Hincha

La tozudez, la intransigencia, la crueldad, la insensibilidad ante la Comunidad Internacional del Gobierno Británico (Cubano) frente al problema de los (com)patriotas irlandeses (cubanos) en huelga de hambre hasta la muerte, recuerdan a Torquemada y la barbarie de la Inquisición en plena Edad Media.

¡Tiemblen los tiranos ante hombres que son capaces de morir por sus ideas, tras 60 días de huelga de hambre! Al lado de ese ejemplo, ¿qué fueron los tres días de Cristo en el calvario, símbolo durante siglos del sacrificio humano? ¡Es hora de poner fin, mediante la denuncia y la presión de la Comunidad Mundial, a esa repugnante atrocidad!

Fidel Castro. 18-09-1981.
58 Conferencia de la Unión Interparlamentaria.

Pensar no es una paja necesariamente.

Por Ariel Zúñiga Núñez

Una amiga hace una semana publicó un breve artículo en que equivalía la discusión teórica a un lánguido onanismo, carente de conclusión y por ende de placer.

Existen muchos que suscriben la creencia de que es posible avanzar sobre la base de las puras ganas, la pachorra, el entusiasmo. Se olvidan que Colón llegó a destino gracias al astrolabio que le permitió trazar una navegación en dirección al poniente. Las carabelas no tenían remos como los barcos fenicios, los juncos chinos o los navíos vikingos, pero si los hubiesen tenido no habrían llegado antes a América sin el correcto uso del astrolabio, y el mando de quién lo interpretaba, por más empeño que le pusieran a su labor de remar y remar por el océano.

Es la correcta, la más cabal comprensión del mundo, la razón instrumental eficientemente empleada en la consecución de fines preestablecidos, el trabajo mismo, los brazos de los obreros de la revolución... pero nada de esto sería posible sin una convicción política nacida de un precepto moral que ya hemos internalizado, es más, de un sentimiento que nos fuerza a luchar en contra del mundo porque lo consideramos injusto, insuficiente, perfectible.

No sabemos cómo ese precepto se instala en nuestra consciencia, no sabemos si es posible enseñarse o debemos esperar a que madure en cada uno, como una semilla de una conífera capaz de soportar el hielo y el sol, y aún germinar tras un lustro o década. Lo cierto es que sin esa voz que surge en nosotros, que nos hace reaccionar y desarrollar una convicción política, lo único que podemos aspirar a ser es un mero hincha de un partido político, al cual apoyamos en los estadios, para ganar copas y campeonatos. Meros creyentes que han forjado su identidad no desde lo que quieren sino en función de lo que repudian. No son de izquierda, son antiyanquis, antipinochetistas, antiderechistas, etc. Sólo son pro izquierda accidentalmente pues su identidad consiste en ver en un otro, en un enemigo, lo que no quieren ver de sí mismos.

Para quién quiere transformar la humanidad no lo satisfacen las palabrerías usuales, en especial de la bulliciosa hinchada de izquierda. Es un error común el no reparar en la diferencia y por lo tanto, vaciar el agua sucia de la bañera con el bebé adentro, en otras palabras, meternos a todos en el mismo saco juzgando nuestras leales reflexiones con la traición permanente de quién quiere seducir, conmover o confundir en vez que convencer.

Que la izquierda hincha nos reitere hasta la saciedad un discurso vacío, maniqueo, pajero, usando los términos de mi amiga, no significa que la comprensión deba marginarse de la acción política, pues la cual, si pretende llegar a destino, debe ser reflexiva y eficiente, y si es de izquierda debe sustentarse en VALORES. El usar mayúsculas no es casual.

Se trata de imbecilismo ilustrado esa palabrería pajera y tramposa que confunde a la filosofía con los actos, a la reflexión con las acciones reflexivas. Me cuesta encontrar los VALORES en quienes crean o sustentan una filosofía pajera y que en vez que colaborar a la causa, la liberación de la humanidad, sólo enturbia el agua para que parezca profunda. Hasta cuándo con esa monserga creada por viejas apoltronadas para defender su chata de las moscas: los HECHOS son los HECHOS, los ACTOS son los ACTOS, y la REFLEXIÓN es la REFLEXIÓN.

Esto no es un mero intelectualismo, esto debiera ser un escándalo. Quienes confunden los hechos con los actos, los actos con la reflexión y la reflexión con los hechos y con los actos, no son capaces de COMPRENDER los hechos, de actuar reflexivamente, de perseguir fines para los cuales sus acciones políticas sean eficientes... si esto fuera poco el imbecilismo ilustrado hegeliano-marxista y la que lo parió es incapaz de ver a los VALORES, sencillamente no los ve, y como tampoco su precaria filosofía les impide comprender sus acciones, ellas son erráticas, penosamente mediadas con la actitud del hincha fanático que ha constituido su identidad sobre la base del odio a un “otro” en vez que en la politización del o los preceptos morales que lo compelen a actuar en el mundo para materializarlos.

No me referiré a la secuencia, hasta ahora interminable, de eventos desafortunados que han llevado a que la izquierda se haya emancipado, en vez que de la opresión del sistema de dominación, de los propios VALORES que la gestaron. Sería una paja abundar en aquello y cualquiera puede buscar en mi bitácora una decena de artículos al respecto y leerlos si está insomne. Sólo quiero dejar sentado que si la izquierda se organiza entre quienes comparten sus VALORES la pregunta de qué es la izquierda dejará de ser atinente pues ella sólo es acuciante entre quienes no los suscriben, entre quienes quieren adherir a algo, a un grupo, para sentirse parte de un plan o para odiar a un “otro” prefabricado para el cumplimiento de esa nefasta finalidad.

Porqué la mayúscula para hablar de VALORES, es debido a que me indigna* el silencio cómplice de la hinchada de izquierda, y aún más sus espeluznantes explicaciones ad hoc a propósito de la muerte de un preso político cubano en huelga de hambre.

En Kaos en la Red se publicaba la biografía del finado, detallando sin ninguna moderación su “prontuario” lo cual debiera llevarnos, necesariamente, a la conclusión de que está bien muerto. Es decir, se merecía agonizar por más de ochenta días y quizá debería haber sido objeto de mayores tormentos.

En un comentario en Facebook que leí apuradamente, por lo tanto no registré quién lo hizo pues preferí guardar en mi memoria qué había escrito, la muerte del preso político cubano se justifica del siguiente modo: “Sabes cuántos niños murieron hoy de hambre en el mundo, en Cuba no murió ninguno, la muerte de una sola persona no es argumento, menos si se omite en qué andaba metido”.

Eso último lo podríamos llamar la falacia de mezclar peras con manzanas y venderlas por sandías.

En primer lugar sí sé cuántos niños murieron hoy por hambre, TREINTA MIL, según las cifras oficiales (FAO-UNICEF), hasta SESENTA MIL dependiendo de las fuentes independientes. ¿Cambian esas muertes el hecho de que un preso político cubano agonice durante más de ochenta días? De ninguna manera.

En segundo lugar, si Cuba superó la mortalidad infantil por desnutrición en los últimos CINCUENTA AÑOS DE REVOLUCIÓN, Chile, también lo hizo, y no al costo de que esté agonizando algún preso político en sus cárceles, las que, son unas insalubres mazmorras indefendibles desde cualquier punto de vista.

Hasta la década de los ochenta la desnutrición infantil en nuestro país era un flagelo. En la década del treinta nuestro país ostentaba el récord mundial en mortandad infantil, no fue la revolución castrista quien le puso solución a eso, ha sido el propio capitalismo quién ha resuelto esos “problemas” junto con las innovaciones técnicas, en especial las sanitarias.

Hace menos de una década, cuando Argentina atravesaba el peor momento de su crisis económica, fue noticia la muerte de niños desnutridos en Tucumán. Fueron hechos relevados por ser excepcionales, en el cono sur de América del sur la muerte por desnutrición infantil está erradicada hace décadas, en eso están contestes las cifras de UNICEF, FAO y PNUD.

Es más, en los países en donde mueren los niños de hambre, abundan también los presos políticos, las guerras civiles, externas y la represión en contra del pensamiento y la información.

La razón por la cual parte de la izquierda o guarde silencio, o ensaye respuestas incomprensibles ante un hecho indefendible es porque o han olvidado sus valores o simplemente no los tienen. De tanto que el marxismo hegeliano ha fusionado la maquiavélica ligazón entre medios y fines, y la defensa de estados totalitarios, la hinchada de izquierda ha olvidado el humanismo que en algún momento la llevó a oponerse a la explotación en particular y a la dominación en general. Al carecer de valores, desde el principio o por atrofiamiento, no es capaz de construir un argumento que confronte el dilema moral a que nos enfrenta la muerte del disidente cubano. En palabras sencillas, si quisiéramos escuchar a un dictador que nos diga que el occiso era un demonio, un enemigo del régimen, revisaríamos los abundantes archivos de nuestra propia dictadura y la palabrería de Francisco Javier Cuadra o del mismo Pinochet. Si quisiéramos enterarnos es la hora de rentabilizar los diez mil millones de pesos que nos costó el museo de la memoria, los cuales están arrojados a la basura si lo que debemos recordar aquí se nos olvida allá.

Los pecados que haya cometido un ser humano no son un argumento válido para infringirle un sufrimiento equivalente. Ya lo decía el Marqués de Beccaría hace más de dos siglos: “las penas crueles no hacen más que encallecer nuestra compasión, exigiendo cada vez una dosis mayor de crueldad para saciar nuestra sed de castigo.” Me pregunto si aún fuera gracias a su muerte que se salvaran treinta mil niños cubanos hambrientos si ese era el modo en que debía ser sacrificado.

La pregunta es impertinente, pues ya la prensa de la hinchada ha sentenciado que era un cubano “canalla”, o gusano, como dicen por ahí. Como las penas más crueles que se oponía Beccaría, esas que seguramente usted conozca por el capítulo primero de Vigilar y Castigar de Michel Foucault, un descuartizamiento que concluye en el descabezamiento por hacha y la quema de las partes del cuerpo, seis en total, desperdigadas en la plaza pública, al disidente cubano se lo ha sometido al escarnio pos mortem, a la denigración de sí, de su acción y hasta de su familia.

Era tan malo este “gusano” que quemamos su famélico cuerpo una vez muerto, lo culpamos de la crisis económica, de la incompetencia y corrupción de los líderes de un proyecto fracasado que la hinchada de izquierda insiste en llamar revolución.

La incapacidad de ver lo que ocurre en la isla, de poder evaluarlo moralmente, es demostración palmaria de que la izquierda no se enfrenta tan sólo a una crisis, a una falta de cuadros producto de una campaña de alienación emprendida por el gran capital, la conspiración del flúor en el agua potable o que las manchas solares potencien conductas proderechistas en las masas. La marginalidad e irrelevancia a que nos enfrentamos es a causa de la incapacidad de estructurar un proyecto político que emerja del corazón, sea comandado por la mente y sea defendido con los brazos, en ese estricto orden.

* Utilizo deliberadamente el término escogido por Boltansky y Chiapello. El nuevo espíritu del capitalismo. Nos hacemos de izquierda porque nos indigna lo existente. Existen cuatro fuentes de indignación que conducen a cuatro izquierdas distintas. El primer capítulo de este libro, y en donde se contiene la distinción señalada, se puede descargar en la sección libros de rebelión.org.

viernes, marzo 12, 2010

Que se derrumben los sentidos comunes y se reconstruyan las comunidades: Reflexiones a partir del terremoto y maremoto en Chile

Por Daniel Brzovic, Rodrigo Cornejo, Juan Gonzalez, Rodrigo Sánchez, Mario Sobarzo.1

1. ¿Cuál es la estructura pública para enfrentar catástrofe en Chile?

La élite política de nuestro país se ha preocupado de decirnos una y mil veces que “las instituciones funcionan”, pero nadie indica la calidad ni las competencias de esas instituciones. Sin dudas, el reciente movimiento telúrico que sacudió el país puso de manifiesto el hecho que en Chile no existen organismos públicos que sean capaces ni de preparar respuestas oportunas a las catástrofes, ni de responder de manera efectiva luego de producirse una como la que acabamos de presenciar.

El día 27 de febrero a las 03:34 hrs. se produce un terremoto de grado 8,8 medido en la escala de Richter, en la zona centro sur del país. Al mismo tiempo se desata una serie de desaciertos, inoperancias, despreocupaciones e irresponsabilidades por parte de los organismos que demostraron que la clase política de nuestro país aún es un gato con ganas de ser jaguar. Sólo seis minutos más tarde se conocía el epicentro (a unos 90 kilómetros al noroeste de la ciudad de Concepción, es decir en el Océano Pacífico), sin embargo el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile (SHOA), organismo que tenía a cargo los instrumentos técnicos para evaluar si hay o no un maremoto, no sólo no funcionó, sino que además no dio aviso ni siguió el protocolo existente2. El otro organismo de Estado, se denomina ONEMI, la Oficina3Nacional de Emergencia, este organismo en todo momento indicó que no había maremoto. Hoy, por voces de los sobrevivientes, sabemos que a las 3:52 se produce la primera ola, de un total de tres. La última ola se produce a las 06:32 hrs. Alrededor de una hora después el subsecretario del Interior descartó la posibilidad de tsunami. Esto pese que el Centro de Alerta de Tsunami del Pacífico (PTWC), de los EE UU, situado en Hawai, ya a las 3:46 se comunicó con el SHOA indicándole: “… Un terremoto de estas dimensiones tiene el poder de generar un destructivo tsunami que puede golpear las costas cercanas al epicentro. La autoridad debería tomar una acción apropiada en respuesta a esa posibilidad”. Sin embargo, el marino de turno no hablaba inglés. Dos minutos más tarde un científico del PTWC, el Dr. Víctor Sardiña, le señala en español al SHOA que dieran información para avisar al resto de los países del Pacifico. Una hora más tarde el mismo científico advierte al SHOA que “las lecturas del nivel del mar indican que un maremoto se generó” y dieron alerta a los países del Pacífico Sur. En Chile, sólo dos días después el ministro de Defensa reconoció que se había producido un maremoto en nuestras costas. ¿Quién responde no sólo políticamente por este “error-horror”, sino que jurídicamente4? (SIGUE)

Hasta el momento, lo que nos indican los organismos chilenos (SHOA y ONEMI) es que era imposible comunicarse entre ambos. De siempre, se ha intentado decir que la telefonía móvil, fija y la provisión de Internet (es decir, la tecnología de conectividad comunicacional), de carácter privada en su totalidad, eran de las mejores del mundo. Y no funcionaron5. Digámoslo de esta manera: aunque suene ideológico, el Estado más neoliberal del mundo se atrevió a construir esta respuesta para una catástrofe que los científicos chilenos de la Universidad de Chile ya habían anunciado el año 20086.

Las vergonzosas negativas para asumir la responsabilidad técnica y política contrastan con la imagen de un Chile que despega al desarrollo y que hace muy poco ingresó a la OCDE.

2. La ofensiva del lucro y la especulación

En comparación con la patética respuesta del aparato estatal y la escasa articulación de las redes sociales, ha sido impresionante la capacidad del gran empresariado para recuperar con creces sus pérdidas y articular una nueva estructura para extraer aún más ganancias a partir de esta dolorosa catástrofe. Los medios de comunicación, de los cuales este sector de Chile es dueño o financista, han cumplido un papel fundamental en este aspecto.

El negocio de los supermercados y la escasez de alimentos

El día de la tragedia quedó patente la incapacidad del estado de construir una red de acopio y repartición de alimentos, medicamentos, ropas y otros bienes de primera necesidad. Estos son propiedad de las grandes cadenas de supermercados, farmacias y retail. Pese a que las cadenas de frío se habían roto, con lo cual muchos alimentos comenzaban a descomponerse, ninguna de las grandes cadenas de supermercados Cencosud (Jumbo – Santa Isabel), Wal-Mart (Líder), Unimarc y Supermercados del Sur activó mecanismo alguno de repartición de alimentos. Tampoco el estado pudo, ni quiso expropiar mercaderías para satisfacer las urgentes necesidades de las víctimas. Lejos de aquello, la repartición masiva de alimentos fue recién anunciada para el día lunes (tres días después del terremoto) luego de una reunión del día anterior entre el gobierno y los principales ejecutivos de las cuatro cadenas: Horst Paulmann (Cencosud), Enrique Ostalé (Wal-Mart), Pablo Vega (Unimarc) y Gonzalo Dulanto (Supermercados del Sur). Días después la prensa publicaría la cifra aproximada que pagó el gobierno en la primera compra a los supermercados de las regiones VII y VIII: 10 millones de dólares7. La misma prensa cita a uno de estos altos ejecutivos que reconoce que “en un fin de semana de alta demanda, los supermercados de todo Chile logran vender casi 40 millones dólares”8. Negocio redondo. ¿Por qué no se recurrió a la vasta red nacional de feriantes, productores agrícolas y centros de distribución de alimentos para comprar canastas a precios radicalmente más baratos, como lo sabe todo Chile, y así evitarse los precios inflados que justifican la plusvalía del empresariado?

Otra gran fuente de ganancias fue el cobro de seguros por las pérdidas generadas en los difundidos “saqueos”. El hecho de que los medios de comunicación de masas fomentaron los saqueos fue reconocido explícitamente por Paulmann. El discreto empresario pidió una “cuña” a los canales de TV para decir lo siguiente: “cuando se habla mucho de saqueos, la gente va a hacer saqueos por que se da cuenta que son posibles, es peligroso hablar mucho de los saqueos”.

Por eso no extraña el llamado al “orden” y la salida de las FFAA a la calle. La lección del terremoto no puede -no podemos permitir- que se concentre en la necesidad del “orden” como prioridad. La prioridad eran y siguen siendo las necesidades vitales de la gente: comida, agua, techo, salud. El orden, en cambio, fue un vulgar sinónimo de la garantía de la propiedad privada. Esta respuesta a los saqueos sobre su propiedad –por sobre la vida de las personas- es la expresión desnuda de la necesidad extrema de control que tienen los administradores del poder y los propietarios-empresarios del país. Cualquier otro escenario de caos, sea una desbandada espontánea como ahora, sea mañana una manifestación soberana de libertad de la gente, tendrá exactamente el mismo resultado.

Las inmobiliarias y el sistema financiero

Los chilenos tenemos rabia con las inmobiliarias que, teniendo enormes ganancias, han colapsando urbanísticamente barrios enteros y dejando a la gente que compra sus departamentos en la más absoluta indefensión. Ocurrió con las casas COPEVA, que se llovieron completas hace algunos años (y que eran propiedad del hermano del último ministro del interior del gobierno de Bachelet, Edmundo Pérez), ocurre con los remates de propiedades de las familias que no pueden seguir pagando los dividendos usureros y está ocurriendo ahora con los edificios derrumbados o con daño estructural. La Cámara Chilena de la Construcción (el gremio de los empresarios del rubro) aún no termina el catastro de edificios dañados, pese a que la prensa habla de cerca de 50 edificios, casi todos recientemente entregados9. Paralelamente hace llamados a la tranquilidad, como el que realizó el presidente de la Cámara de la Construcción Lorenzo Constans, quien señaló a propósito de los edificios inclinados en distintas ciudades de Chile que “hay edificios que están inclinados, el ejemplo más claro es la Torre Pisa, que se ha mantenido por siglos en pie y, por lo tanto, creo que es conveniente analizarlo con un profesional adecuado”. Sin comentarios. En la misma declaración Constans, solidarizó con el dueño de la inmobiliaria Río Huerquén, el presidente de la Cámara de la Construcción de Bío-Bío, Juan Ignacio Ortúzar, quien renunció a su cargo cuando se supo que esta inmobiliaria y Socoval (también de su propiedad) construyeron y vendieron el edificio Alto Río de Concepción que se desplomó completamente, generando heridos, muertos y gran impacto en la ciudadanía por las graves falencias en su construcción. Constans también felicitó al intendente de Santiago recientemente nombrado por Sebastián Piñera10, Fernando Echeverría, socio de la constructora Echeverría e Izquierdo, que tiene, dos edificios nuevos, a punto de derrumbarse en Concepción y Santiago, como él mismo reconoció. Es el mismo Fernando Echeverría que, hace algunos años, cuando postuló a la presidencia de la Confederación de la Producción y el Comercio CPC (la multi gremial de los grandes empresarios Chilenos) afirmó que “ es importante hacer un gran pacto nacional pro empleo que permita por ejemplo, limitar los aumentos salariales, o reducir los pagos de las leyes sociales, etc”11. Va quedando claro a que se refería Piñera con “una nueva forma de gobernar”.

Por otra parte familias de las principales ciudades afectadas comienzan a denunciar que se acercan a ellos las principales constructoras e inmobiliarias ofreciendo comprarles sus terrenos a precios que no pasan de un 25% de su valor original, con el objetivo de “entregarles dinero inmediato para que vuelvan a surgir”. Es la especulación sobre los suelos y la vida de las personas por el mercado inmobiliario.

Para no dejar de asombrarse, las principales agencias aseguradoras y el presidente de la asociación de bancos Hernán Somerville, anunciaron que los dividendos hipotecarios de todas las viviendas van a subir de precio después del terremoto, pues será obligatorio que los créditos incluyan una póliza contra sismos. Nuevamente nos enteramos que en este país no se necesitan leyes, ni debates legislativos para aumentar las ganancias. Los grandes empresarios lo tienen claro. Ellos estiman que lo que se paga de seguros en los créditos hipotecarios debiera subir cerca de un 30%. Además, Antonio Latorre, gerente general de la agencia aseguradora Creditaria, declaró a “El Mercurio” que “la tasa de seguro será más cara en segmentos de vivienda de menor valor, porque tienen más riesgo”. ¿Un reconocimiento implícito de que las construcciones en barrios populares son de menos calidad que las de los barrios de la elite? ¿Un lapsus involuntario?

Concientes de la difícil situación por la que pasan cientos de miles de familia, los cinco grandes bancos del país lanzan un ofertón de créditos de consumo para enfrentar la catástrofe. El gerente general del Banco Santander, el español Emilio Botín (irónico apellido) de visita por Chile afirmó que su banco dispondrá de un fondo de 3200 millones de dólares para realizar “créditos solidarios”. La donación de los bancos a la mediática teletón del terremoto no alcanzó los 500 mil dólares.

Las campañas de ayuda como generación de ganancias

Muchos chilenos no comprendíamos por qué las campañas de ayuda y recolección apoyadas por la televisión no podían iniciarse antes que llegará a Chile el animador de televisión Mario Kreutzberger “don Francisco”. Después nos enteramos por la prensa que el diseño de la llamada “teletón del terremoto” se realizó en una reunión de la multi gremial de los grandes empresarios en la sede de la Confederación de la Producción y el Comercio el día jueves 4 de marzo12. Los mismos grandes dueños del capital que han sido nombrados en este artículo tuvieron un inédito protagonismo mediático en esta “teletón”. Permanentemente algunos de sus representantes ocuparon dos de los doce puestos de telefonistas que recibían los llamados de ayuda televisada. Algo inédito en la historia de las “teletones chilenas”13. “Estamos impresionados con los 60 millones de dólares que se lograron recaudar (30 mil millones de pesos)” afirmó Cesar Barros de Salmón Chile. Lo que no dijeron los señores Barros, Somerville, Paulmann, Constans, etc., es que para muchos chilenos resultó chocante el nuevo ejercicio de lucro con la desgracia del pueblo, expresado en los llamados tipo “compre una frazada en nuestra tienda y nosotros regalamos otra” o “regalaremos un antigripal o paracetamol si se compran determinada marca“, en tal o cual farmacia. Tampoco dijeron que el descuento de impuestos por donaciones alcanza un17%, y que recientemente anunció el presidente electo Piñera que espera aumentar este porcentaje a través de una nueva ley de donaciones. Tampoco dijeron que la magnitud de los daños del terremoto y maremoto se calcula entre 20 mil y 30 mil millones de dólares. Cifra exorbitante, que dista muchísimo de las donaciones que realizaron en la teletón, pero que se acerca a las cifras de las ganancias empresariales. La sociedad de inversiones Luksic declaro a “El Mercurio en el mes de enero que contaba con 500 millones de dólares para invertir fuera de Chile. La venta de las acciones de la Línea aérea LAN Chile pertenecientes al presidente electo Piñera es un caso aparte. El 25 de febrero vendió en la bolsa el 6.4% de las acciones de LAN en más de 375 millones de dólares, el lunes siguiente al terremoto Piñera decide diferir la venta de las demás acciones en su poder por que estaban bajando en la bolsa14. El día 9 de marzo vende el 8.5% de las acciones LAN en la suma de 514 millones de dólares. Aún quedan en poder de Piñera el 11% de las acciones LAN, por lo que se calcula que con la venta de todo este paquete accionario recibirá más de mil doscientos millones de dólares, que constituyen menos del 50% de su actual patrimonio reconocido. Todas estas cifras hacen irrisorias los 60 millones de dólares juntados “mediáticamente” en la Teletón15 y hacen aún más significativo para nuestro país, el noble gesto del presidente y vice -presidente Boliviano quienes donaron la mitad de su sueldo a Chile. ¿Que significado puede tener esto para el rico empresariado Chileno, empezando por nuestro presidente Sebastián Piñera?

La creencia de que las formulas del lucro y el ejercicio financiero son la mejor táctica de ayuda eficiente, se instaló junta a la imagen de que instituciones ligadas a la jerarquía de la Iglesia como “Un techo para Chile” y el “Hogar de Cristo” (ambas jesuitas) son los únicos brazos de solidaridad que tiene el país, invisibilizando a las comunidades locales, que pese a toda su desarticulación y falta de reconocimiento, hicieron la diferencia entre la vida y la muerte, el hambre y la solidaridad, el miedo y el apoyo durante y después del terremoto16. Las comunidades se reorganizan incesantemente, sobre todo donde “el capital circulante” gobierna sin contrapesos, es la única forma de subsistir17. La “ayuda” articulada desde el gran capital en alianza con el Estado, no apoya la construcción de lo público y las redes sociales. Explícitamente este gran mecanismo oficial de ayuda desconoce a las organizaciones sociales en los territorios e insiste en entregar canastas individuales para cada familia, haciendo mucho más lentos los procesos de entrega de ayuda y fomentando el individualismo. Decenas de miles de jóvenes se lanzaron a apoyar las diversas campañas de colaboración, es de esperar que un porcentaje importante de ellos, reconozca, aprenda y fomente la reconstrucción a partir de las organizaciones sociales, los proyectos colectivos y los sentidos públicos. Existen hoy en Chile dos proyectos de reconstrucción radicalmente distintos, uno que espera apoyarse en la organización y la participación popular, otro que espera perpetuar el individualismo y la desarticulación y de paso aumentar aún más las increíbles ganancias de la burguesía chilena depredadora y destructora tanto del tejido social, como del medio ambiente, y de la calidad de vida18. ¿Es la burguesía y la oligarquía chilena, la facción más peligroso del lumpenaje?

3.- El lumpen, los saqueos y la “crisis” de la estructura social

A 24 horas de sucedido el terremoto el espectáculo había cambiado para la televisión. Del impacto del 2º terremoto más grande ocurrido en Chile se pasó a denunciar el pillaje que le había seguido. El énfasis comunicativo pasaba a ser definido por los grupos de poder. La primera en hablar fue la alcaldesa de la ciudad de Concepción, representante de la derecha más conservadora (militante UDI, supernumeraria Opus Dei), quien llamó al Gobierno a declarar el estado de sitio en su ciudad. El estado de sitio es una excepción constitucional de tipo político, que restringe las libertades básicas y es distinto del estado de emergencia, en los que el Estado está autorizado a limitar los horarios de movimiento y disponer de todas las fuerzas y recursos de la(s) zona(s) afectada(s), pero se mantienen los medios informativos, el derecho de reunión, etc. El 1º necesita de un acuerdo con el Congreso, el 2º es declarado por el ejecutivo.

Los saqueos hechos a grandes conglomerados comerciales, comercios locales e incluso a algunos hogares afectados por la tragedia, se ha instalado como otro hecho relevante en el análisis político de la catástrofe, hecho por los medios y políticos neoliberales. La figura del saqueo y el lumpen individualista y “desalmado”, se confunden en una asociación simplista, que hoy incide problemáticamente, en las consecuencias sociales y políticas que pudiesen tener estos hechos, calificados hoy de “vergüenza moral” e incluso “cataclismo social”. Tal análisis tiene una única respuesta posible: la seguridad permitirá controlar a este monstruo que esta latente en la población19. La militarización del territorio, el aumento de las penas ya son un hecho justificado por el evento, y la condena moral del robo en todas sus manifestaciones se impone, sin mayores análisis de un fenómeno que, en este contexto, tiene alta complejidad.

Este “cataclismo social”, o “desastre moral” puede ser eje de un problema, que como señala Manuel Antonio Garretón (premio nacional de Ciencias Sociales) es el principal problema político que se puede extraer de esta catástrofe. La llamada crisis de cohesión social, de colectivo, de sentido público no es más que la falta crónica de los beneficios de vivir en colectividad, que tradicionalmente garantizaba el Estado y que hoy el mercado ha pervertido en pos de la ganancia incesante de unos pocos. La ausencia de asistencia efectiva y eficiente, de solidaridad pública, de respeto ciudadano y de una educación liberadora no dejan más remedio que la reacción heterogénea de la turba20 que incitada por el hambre, la impotencia cotidiana contra los grandes conglomerados y por los medios de comunicación, asaltó los grandes almacenes de las ciudades los primeros días después de la tragedia.

La estigmatización del hecho no se hizo esperar, constituyéndose la imagen lumpenesca”, asociada a un individualismo extremo que, como se ha ido develando, no corresponde a la mayoría de los sectores populares, quienes se han defendido sin encontrar espacio en los medios de comunicación de masas21.

¿Quién es lumpen en esta situación de catástrofe? El origen de este concepto esta en Karl Marx y su reflexión en el libro “18 Brumario”. En ese entonces Luis Bonaparte se hacía del poder apoyado en una clase que a juicio de Marx, podía llamarse el lumpen –proletariado. Una heterogénea comunidad de personas22 que, desde el mismo Luis Bonaparte hasta el más inescrupuloso delincuente habitual, sólo tenían en común el afán de aprovecharse del poder político para su beneficio, a costa del trabajo de los demás. Tal grupo se organizó tras Napoleón, proveniente de diferentes clases sociales y sirvieron al líder que compartía con ellos el afán parasitario y el desprecio por la Republica.

No son los desarrapados, ni los sectores marginalizados de hoy, que se ven obligados a robar, lo que podemos llamar lumpen. Para ser precisos, son los que sostienen una actitud aprovechadora y miserable, basada en el oportunismo y el desprecio a la comunidad, debido a “la necesidad de beneficiarse a costa de la nación trabajadora”.

¿Se puede hablar de lumpen hoy? La turba heterogénea que asaltó los supermercados en busca de comida y otros enseres no puede ser llamada lumpen. ¿Es lícito que los medios de comunicación, sus los rostros de televisión, que lucran con la publicidad, llamen lumpen a un trabajador que escapa con un televisor? ¿Calificando que esto no es un recurso de primera necesidad? 23 ¿Que tipo de análisis mediocre es este?

Es un parasito oportunista aquel rostro que lucra con la generación de necesidades superfluas y le lava el rostro a las empresas, es lumpen nuestro nuevo presidente que especula con las acciones de sus empresas mientras sostiene ser un servidor público. Así en esta categoría caben todos los que están lucrando con la catástrofe y nuestra disminuida fuerza estatal y comunitaria para enfrentarla: empresarios inmobiliarios, empresarios del retail, comerciantes inescrupulosos, etc. El terremoto dejó al descubierto el rostro de una sociedad dejada en manos del mercado.

4.- Depredación e individualismo

El individualismo extremo mostrado por muchos ciudadanos, no todos ellos personas marginalizadas, muestra el rostro menos afortunado de nuestra educación, impregnada de competencia y temor a la incertidumbre y a los demás. Las condiciones brutales a las que el neoliberalismo somete a las formas de vida, se vuelven insoportables en términos psíquicos. Por una parte, la responsabilidad por los fracasos cae en el propio individuo; se le solicita una atención constante, larga e intensa a los procesos productivos y de trabajo; se lo expropia de todo tiempo libre que pudiera generar disidencia intelectual; se lo estupidiza por los Medios de Comunicación de Masas; se lo aísla y expropia de los vínculos sociales que podrían entregarle seguridad psíquica; se lo fragmenta en ámbitos de vida (trabajo-hogar-transporte-amistad-pareja-hijos) que operan con lógicas diferenciadas y, a veces antagónicas24.

El capellán de Un Techo Para Chile, Felipe Berríos instaló la figura del doble terremoto. Para él, detrás del terremoto físico emergieron fisuras en la sociedad chilena que necesitan repararse. El egoísmo como aglutinante social es muy pobre25. Algunas explicaciones de los saqueos han remarcado que la comparación entre el terremoto de Haití y el de Chile, muestra una sociedad sin estado mientras en el nuestro existiría un Estado sin sociedad. ¿Qué pasó con esa rica sociedad que era capaz de involucrarse humanamente con los problemas de ella? ¿Cómo llegó a convertirse en una que lo hace con una pantalla de por medio? ¿Cómo es posible que hayan existido más medios de comunicación críticos y responsables en el manejo de la información el año 1985, en plena dictadura, que el 2010? El año 1960 en el terremoto más grande que ha vivido Chile, con menos recursos, podían movilizarse las empresas públicas para evitar que la capa de lodo y piedras que habían generado una represa natural colapsaran debido a las lluvias torrenciales que afectaban a Valdivia, después de terremoto26. No es raro, en aquella época éramos una sociedad pobre, pero digna.

El avance del neoliberalismo es brutal. El Neoliberalismo construye anticomunidad y reprime los vínculos sociales. En Chile, una sociedad con mucha riqueza, pésimamente mal distribuida, existe un estado eficientísimo y eficaz para socorrer los mecanismos de mercado y salvaguardar el círculo de hierro de la institucionalidad dictatorial, pero que no posee reconocimiento en la población. Esto, ante una catástrofe hace a la institucionalidad estatal inoperante y obliga a las fuerzas militares sólo a reprimir. Como consecuencia, en el día de la despedida de Michelle Bachelet de la presidencia, una patrulla de marinos es acusada del asesinato a golpes de un comerciante de la VIII Región, durante pleno toque de queda27.

Las organizaciones sociales y comunitarias son necesarias para enfrentar cualquier emergencia, para organizar la subsistencia. Eso es algo que nuestra especie aprendió en la época de la noche apenas iluminada con tizones, cuando la naturaleza era desconocida y temida. La Concertación generó en 20 años una apatía radical hacia la política y toda forma de organización gestionada por el estado. Se vaciaron las JJ.VV. comunales, las alcaldías se convirtieron en feudos de asistencialismo y creación de clientes. Las organizaciones financieras son dueñas de un tiempo de trabajo que supera en 3 veces promedio el sueldo de 8 horas que los trabajadores reciben, volviéndolos verdaderos siervos voluntarios que están dispuestos a hacer lo que sea necesario para poder pagar los plasmas que el sistema los incita a consumir, y que en estos días algunos han podido arrebatar a estas casas de “deudas”.

Un epílogo por construir

En Chile la segregada educación pública que resta está obligada a competir con sistemas que incentivan la competencia como fundamento del éxito, sin importar las responsabilidades éticas con los demás.

El terremoto dejó al descubierto el rostro de una educación para una vida totalmente mercantilizada. La construcción incesante de necesidades superfluas, hoy las hace básicas. Millones invertidos en publicidad hace hipócrita la reacción de muchos de los rostros de la tv y de la industria publicitaria, quienes condenaban la extracción de electrodomésticos y afines, en los saqueos, pero sólo horas antes llamaban a endeudarse para consumirlos.

La sociedad chilena está fracturada por líneas invisibles que encuentran su legitimidad en un sistema social en el que es normal que la educación discrimine (seleccione) a los más pobres, pero no lo es que ellos manifiesten su desacuerdo a través de la violencia y la disonomía. Nuestras pautas ideales se sostienen en la exclusión y la violencia normalizada. Los que poseen capital moral obviamente no entienden la violencia a la que los someten los desarrapados, pues “ellos no utilizan la violencia contra los pobres”. Hasta la bondad está de parte de ellos.

Todo proceso de reconstrucción debiese centrarse en la realidad que surge en torno a las escuelas, sedes comunitarias, cuando las hay, sino será la fogata, el comité, la cancha, la olla común, la esquina, es ahí donde con todo su peso se revela la importancia de las comunidades. El aluvión de (des)informaciones con que nos han atestado los medios durante los últimos días hace difícil armar un balance aún. Sólo las miles de historias de ciudadanos que se cuentan y gestan en las comunidades nos dirán lo que sucedió en ese terremoto.

Por ahora, las múltiples organizaciones sociales que cruzan nuestro país tienen un potencial tremendo para desplegar su solidaridad (no como aquella caridad televisada, vuelta espectáculo, negocio y fachada de empresarios). La reconstrucción de las comunidades, en el ejercicio de la organización desde lo más básico hasta lo más político, en la repartición organizada de alimentos, en la construcción de viviendas dignas, en la distribución de ropa útil, etc., será la única forma de no reproducir este sucedáneo de sociedad. En ello, las escuelas y liceos públicos tienen un potencial tremendo para demostrar cuál es su real razón de existir, para que así el pueblo se levante dislocando sentidos comunes que la naturaleza se está encargando de recrear.

Santiago, 11 de marzo, 2010

[1] Todos integrantes del Centro de Alerta e investigadores OPECH- Universidad de Chile

[1] En Chile existe un protocolo denominado Accemar, que indica que cualquier movimiento sísmico que es de grado mayor a 7,5 grados medidos en escala Richter, obliga a evacuar zonas costeras por peligro de maremoto.

[1] El hecho de denominarla “Oficina”, ya demuestra la mirada que se tiene de ese organismo, un lugar para oficinistas.

[1] El fiscal nacional Sabastián Chahuán advirtió que se perseguirá penalmente tanto a los “saqueadores” como a los pequeños comerciantes que han especulado notoriamente con los precios. En cambio, el mismo fiscal reconoció públicamente que no va ocurrir lo mismo con los responsables de “las muertes de la catástrofe”, incluyendo el derrumbe de edificaciones como la falta de alerta de tsunami.

[1] Hoy se sabe que incluso Carabineros de Chile licitó sus comunicaciones y adquirió un servicio privatizado de IP y dejó de utilizar la tecnología HF (alta frecuencia) que no necesita electricidad, por lo que el día de la catástrofe también dejó de funcionar y quedaron incomunicados.

[1] Ver artículo publicado el año 2008 en una revista científica: “Interseismic strain accumulation measured by GPS in the seismic gap between Constitución and Concepción in Chile”.

[1] Un dólar equivale hoy a 530 pesos chilenos.

[1] El Mercurio, sección Economía y Negocios, miércoles 3 de marzo de 2010.

[1] Ver www.ciperchile.cl Centro de Investigación Periodística.

[1] Sebastián Piñera un multimillonario de derecha elegido recientemente como Presidente de Chile, asumió el 11 de Marzo 2010, en la elección con más abstención de las presidenciales en los últimos 20 años, con una baja entre la 1ª y 2ª vuelta de más de 300 mil votantes. Electo apenas con 3 millones y medio de votos de un total de 12 millones posibles.

[1] Diario el Mercurio 26/11/2004En: http://diario.elmercurio.cl/detalle/index.asp?id={a2b85f14-5732-42d6-903a-2bf05cad777f}

[1] El Mercurio domingo 7 de Marzo 2010. Sección Economía y Negocios.

[1] El gran empresariado chileno ha dado sólida muestra, durante las últimas décadas de que tienen un manejo eficiente del concepto de ganancia en el plano de la imagen y el prestigio social.

[1] El día de cierre las acciones de Lan bajaron de 300 pesos. De 9.250 pesos a 8.950 pesos

[1] Con la Teletón se produce que la moralidad fascistizada del sentido común autoritario recibe con su realización un analgésico que tranquiliza todas las señales de desencuentro y alienación a que está sometido diariamente. Lo que finaliza siempre en las fanfarrias de un país pseudo-reconciliado en torno a los egos de nuestras celebridades mediáticas y empresariales. En el fondo lo bueno del espectáculo de la Teletón es que permite la identificación entre pares: consumidor-siervo voluntario y empresario-patrón. Lo que la Teletón produce a nivel nacional es un sucedáneo de experiencia colectiva, escenificándola en los medios de comunicación, lo que le permite al habitante de estas ciudades extrañas para él, dormir tranquilo por días. Sobarzo Mario, Los inefables limites cívicos. Universidad Central -Chile 2008.

[1] El estado sabía del terremoto que venía al menos desde el año 2009, pero como no poseía ninguna base social real, estuvo obligado a sostenerse en la iglesia católica para gestionar la ayuda que se enviaba a la zona afectada. Esto deja planteada al menos una interrogante bastante grave. ¿Quién reconstruye esa base social necesaria para gestionar una crisis como ésta? ¿La iglesia? ¿Por qué?

[1] “A pesar de la falta de respeto de la alcaldesa de Concepción y San Pedro de la Paz en calificar de “saqueadores” a los pobladores y pobladoras de Boca Sur y del borde costero de la comuna, la respuesta es la organización, solidaridad y unidad de los vecinos/as, los que se han organizado en guardias vecinales para defender los pasajes y calles, se han instalado comedores populares y se ha centralizado la información en una casa del la población que muestra la capacidad que tenemos los pobladores/as para cuidarnos y dar respuesta a nuestras demandas.” Comunicado público de pobladores y pobladoras de Boca Sur- Concepción en http://santiago.indymedia.org/. Es interesante destacar que ya existen, Al menos, dos asociaciones sociales que ofrecen apoyo legal a las familias estafadas por las constrructoras e inmobiliarias: la Asociación de Consumidores Inmobiliarios (www.acoin.cl) y la agrupación www.defendamoslaciudad.cl

[1] Lavín, Leopoldo. Dilema empresarial: ¿Schumpeterianos o lumpen burguesía? http://www.generacion80.cl/noticias/columna_completa.php?varid=516

[1] Par mayor reflexión sobre este tema véase concepto de monstruosidad en teóricos obreristas italianos como Toni Negri (Imperio) y Paolo Virno. (Gramática de la multitud).

[1] El conocido historiador, Erick Hobsbawm define turba como: “equivalente urbano del vandolerismo social. Grandes urbas pre industriales. Su impulso va contra el rico siempre. Sin filiación política ni ideológica firme., Pocas veces si no nunca concibió la edificación de una nueva social.

[1] “En relación a los “saqueadores” aclaramos que no es responsabilidad de los vecinos/as esta situación, la inoperancia del Gobierno no la podemos pagar los más necesitados, la desesperación ante la incertidumbre de lo que pasará y la falta de alimentos obligó a muchas familias a ingresar a los supermercados y obtener alimentos para los suyos”. Comunicado público de pobladores y pobladoras de Boca Sur.
[1] “… vástagos degenerados y aventureros de la burguesía, vagabundos, licenciados de tropa, licenciados de presidio, huidos de galeras, timadores, … alcahuetes, dueños de burdeles, mozos de cuerda, escritorzuelos … en cuanto que todos sus componentes sentían, al igual que Bonaparte, la necesidad de beneficiarse a costa de la nación trabajadora”. (Karl Marx 18 Brumario de Luis Bonaparte cap.V)
[1] “¿Pero qué es un bien de primera necesidad? Un periodista tan agudo como Núñez debería saber que esa noción se ha ido estirando como un chicle durante los últimos treinta años: hoy el pan es tan necesario como un plasma o un bling-bling o un 4×4, porque así lo establecen las promesas cotidianas de un bienestar basado en el consumo. En treinta años, día tras día, liquidación tras liquidación, crédito tras crédito, las masas pasaron de tener poco a carecer de mucho: del hambre del ciudadano a la insaciabilidad del cliente. La base de ese sistema es justamente la disgregación social, que obliga a los individuos, ya convertidos en compradores ávidos, a rascarse sus propias pulgas, y a que a los demás se los coman los perros”. (Leonardo Sanhueza Las Ultimas Noticias 02 de marzo).

[1] Margaret Mead en Sexo y Temperamento describe a la tribu de los Mundugumor, caníbales que tenían una moral basada en la admiración a los más despiadados, a los más poderosos. Nuestro sistema actual se sostiene en dicho rasgo como factor central del prestigio. Un estado ausente, sin políticas sociales, sin proyectos de desarrollo propio, que le entrega todas estas funciones a grupos privados, sólo puede operar si es lo suficientemente consistente para expresar su utilidad al servicio de esta forma de subjetividad.

[1] “El terremoto social que produjo saqueos y destrucción se debe tal vez a una parte de la sociedad que imperceptiblemente ha ido acumulando por años decepción por sentirse marginada del desarrollo y que lentamente ha ido corroyendo sus valores por el desengaño y los antivalores. Así, injustificadamente, ha liberado toda la frustración acumulada en un comportamiento explicable sólo en quienes no tienen nada que perder.” Berrios, E. Un doble terremoto. http://blogs.elmercurio.com/revistasabado/2010/03/06/un-doble-terremoto.asp

[1] Véase Ramos Muñoz, Víctor. En: http://www.elciudadano.cl/2010/03/06/terremoto-y-tsunami-en-una-sociedad-de-consumo-de-1960-al-2010/

[1] En: http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2010/03/10/investigan-responsabilidad-de-infantes-de-marina-en-la-muerte-de-un-hombre-durante-toque-de-queda/

domingo, marzo 07, 2010

Burundi ayuda a Burundi

Extraño ritual televisado enfrentado a la cruda realidad.

Por Ariel Zúñiga Núñez

“Esto es maremoto aquí y en Burundi”.
Francisco Vidal.

Burundi es un pequeño país del cuerno de África en donde jamás ha existido un maremoto, además una catástrofe de ese tipo nunca podría ocurrir. La razón es sencilla, se trata de un país sin costa marítima. Lo más parecido a un océano que dispone Burundi, es el lago Tanganica, uno de los más grandes del mundo; el índico se encuentra a cientos kilómetros de distancia. Francisco Vidal, ministro de defensa, es profesor de historia y geografía, por lo tanto su irónica referencia es imperdonable. El calor del momento no es excusa pues no realizó una aclaración, o al menos un gesto de afable con el pueblo de Burundi utilizado de un modo incorrecto y peyorativo.

La actitud de nuestro locuaz ministro de defensa palidece al contrastarla con la de otras autoridades, es por esa razón, quizá, que nadie haya reparado en ella. El archipiélago de Juan Fernandez fue barrido con un tsunami que no fue alertado, es más, fue descartado con énfasis por nuestra mandataria perdiéndose casi dos días para asistir a los sobrevivientes. Algo parecido ocurrió en la costa de la V, VI, parte de la VIII y IX región, pues en el único lugar en donde el maremoto sucedió inmediatamente al terremoto fue en la zona del epicentro. Las imágenes de Penco, por ejemplo, muestran el tsunami con luz de día en instancias que el terremoto fue a las 3,34. Entonces no se puede hablar de imposibilidad de avisar, ni siquiera en la zona del epicentro que fue devastada media hora después del sismo. El caso de Juan Fernandez es especial pues requerían de un aviso pues en dicho lugar el temblor no fue perceptible.

Los fusilamientos sumarios tras el terremoto de Valparaiso de 1904 que muchos han recordado en estos días, parece una pena adecuada para Carmen Fernandez, directora de la ONEMI, el director del servicio hidrológico de la armada (SHOA), y para la presidenta Bachelet. Ningún ladronzuelo de televisores plasma o vendedor de huevos a diez veces su valor merece ser comparado con quienes por negligencia inexcusable asesinaron a cientos de compatriotas. Ningún crimen se compara a la mayúscula incompetencia que amplificó los efectos devastadores de un movimiento telúrico, que privó por días a millones de chilenos de agua para beber y un trozo de pan. Cuando se elige a un presidente de la república no es para que llore ante los periodistas como lo ha hecho Bachelet de modo constante desde el día del terremoto. Si no posee la capacidad de soportar la tensión debe hacer inmediato abandono de su cargo, un presidente llorón no aporta en lo más mínimo a un país en el suelo, derrotado por la naturaleza potenciada con la acostumbrada desidia e imbecilidad de nuestros gobernantes.

Vidal, nuevamente, ha demostrado que sus credenciales académicas son de alguna manera falsas, sin embargo ha sido el único hasta el momento en preferir ponerse rojo una vez en lugar que amarillo toda la vida. No se trata que comunicacionalmente hiciera lo correcto pues en nuestro país se ha institucionalizado el que ninguna autoridad asuma costos políticos -con mayor razón ante las cámaras de TV-, sino que encaró los errores de su cartera evitando que se sentara en el banquillo de los acusados al resto de los ministerios. Ignorante de la geografía política africana pero cabal como político y como ser humano; hasta el momento ha sido el único que ha ensayado alguna disculpa, y su desafortunada intervención sirvió para sofocar el incendio.

El ministerio del interior ha deslindado responsabilidades con la ONEMI como si se tratara de una institución autónoma; por su parte el ministro de hacienda, Andrés Velasco, no se ha hecho cargo de las graves acusaciones en su contra provenientes de la Universidad de Chile, en torno a que ha sido él, y sus antecesores, quién ha mezquinado los recursos para los estudios sismológicos en el país más sísmico del mundo. Mientras Velasco se hace el leso con sus responsabilidades su esposa, Consuelo Saavedra, oficia de rostro comprometido con la reconstrucción del país en su rol de conductora del noticiario del canal nacional.

Y la presidenta actuando incompetente, tartamuda, llorona, evidentemente sobrepasada por los hechos, con unas ganas que pasen los días y poder entregar el cargo a su sucesor, otro payaso que no ha sido capaz de reaccionar adecuadamente. Autoridades torpes y débiles incrementan día a día la magnitud de la catástrofe pues deja aún más desamparados a los damnificados.

El desempeño de nuestra popular mandataria.

Bachelet ha actuado durante todo su mandato como una Miss Chile pasada de años y de kilos; sólo el embrutecimiento de nuestros ciudadanos explica su alto respaldo popular. Sólo en un país de idiotas un presidente es juzgado por su simpatía y con total prescindencia de sus realizaciones.

Sólo como ejemplo mencionemos el siguiente caso, completamente ignorado por nuestra prensa:

Bachelet llegó a Chile a la medianoche del sábado 27 de febrero. Venía de una gira por Argentina y Uruguay. Junto a Cristina Fernandez, en una de sus escalas, recibió a los participantes de la regata del bicentenario, allí respaldó a la presidenta argentina en sus reclamos ante Inglaterra por las prospecciones petroleras en las Malvinas. Inglaterra posee legal y legítimamente las islas del sur atlántico sin embargo nuestra presidenta solidarizó con Fernandez y afirmó lo contrario, que las Malvinas son legítimamente argentinas ¿Eso quiere decir que el norte de Chile es legítimamente peruano y boliviano? ¿Desde cuándo, y en qué instancia se ha decidido, que la doctrina internacional de Chile se opone al statu quo, al derecho del poseedor fundamentado en su propia posesión o uti possidetis, o admite una excepción a la intangibilidad de los tratados y de las fronteras?

Inglaterra ha ejercido la soberanía de modo incontestable y continuamente; en último caso, si llevamos la argumentación al extremo, las ocupó belicamente de modo exclusivo, excluyente y con ánimo soberano. Si se pretende discutir la legitimidad de la guerra para cuestionar sus resultados igual criterio deberá utilizarse en todos los casos. Si Bachelet dice que las Malvinas pertenecen legítimamente a la Argentina ¿Cual el es fundamento de nuestra soberanía desde Cobija hasta la linea de la concordia? Chile anexó territorio boliviano y peruano mediante la guerra del pacífico, si nuestros gobernantes niegan la legitimidad de la soberanía obtenida por la ocupación militar afecta los intereses permanentes de la nación, es decir, esto se llama traición a la patria, o por lo menos notable abandono de deberes. Chile posee las tres regiones del norte y la araucanía debido al empleo de la fuerza bélica; en la guerra de las Malvinas Chile colaboró militarmente con Inglaterra poniendo a su disposición sus puertos y aeropuertos así como pertrechos. Bachelet, la señorona llorona y solidaria, la amigui de Cristina Fernandez, está diciendo que Chile debe devolver las regiones del norte, los millonarios recursos obtenidos por el salitre, cobre y pesca, la Araucanía restituirse a los mapuche e indemnizar a Argentina por afectar sus intereses en la “ilegítima” guerra de las Malvinas.

Nuestros estúpidos gobernantes creen que su tarea consiste en andar de gira por el mundo quedando bien con dios y con el diablo. El terremoto ha dejado en evidencia ante las masas lo que ha estado claro desde el principio: Nuestra presidenta ha sido el segundo presidente más tonto, el primero, hasta el momento, sigue siendo Eduardo Frei Ruiz Tagle, aunque puede ser destronado por Bachelet pues aún le quedan unos días de mandato. La acción de Piñera posterior al terremoto anuncia que postulará a incluir su nombre en esta vergonzante lista.

Gobernantes merecidos, a la altura de los ciudadanos que al menos en su estulticia representan. Todos, hasta los que se dicen de izquierda, plegados a la reconstrucción virtual, asistencialista, jesuita, en fin meramente ilusoria. Otros radicales profesionales dedicados a dar crédito a tesis conspiranoicas que echan al tacho de la basura todo lo que conocemos sobre geología y sismología.

Nuestro Berlusconi.

Sebastian Piñera Echenique ha sido comparado reiteradamente con Belusconi, por ser un próspero empresario con fuertes intereses en el negocio del espectáculo y las comunicaciones.

Ojalá fueran tan parecidos como majaderamente reitera la prensa, en especial la extranjera. Berlusconi el día después de un terremoto que destruyó algunas ciudades de su país llegó con el ejercito y instaló campamentos tan abastecidos como los poblados en ruinas. La prensa hizo notar sus poco afortunadas declaraciones: “quiero decirle a los damnificados que se tomen esto como una semana en un campamento vacacional”.

Piñera no sólo posee un helicóptero, además lo pilotea. Si la presidenta no fue capaz de sobrevolar la zona de la catástrofe en las primeras horas del sismo, Piñera pudo hacerlo, con medios propios, sin pedirle permiso a nadie.

Es más, tales inspecciones personales carecen de valor pues existen satélites; cualquier suscrito a la versión pagada de google earth podría haber tenido la información que se requería para actuar desde el amanecer del día 27 de febrero.

Aún ningún campamento equivalente al criticado de Berlusconi se ha montado en la zona de catástrofe; menos alguno gestionado directamente por el futuro mandatario. En el barrio Yungay, por ejemplo, los campamentos improvisados ocupan todas las áreas verdes. Para sostenerse dependen de sus propios recursos y de la caridad de los vecinos.

Después del sismo elogió a la indefendible Carmen Fernandez. Cuando Bachelet le solicitó que designara de modo inmediato a nuevos intendentes confirmó a la histérica alcaldeza de Concepción en el Bio Bio, a un empresario forestal en la zona de la araucanía y a un gerente de empresas constructoras en Santiago. Es decir, designo en casi todas las regiones al gato para hacerse cargo de las carnicerías.

En cualquier país una catástrofe como la sucedida obligaría a extender el mandato de los actuales gobernantes, al menos hasta que la situación se normalice. En Chile a nadie se le ha ocurrido. Bachelet le ha tocado por primera vez gobernar y ha fracasado; Piñera ha sido su sombra, tampoco quiere hacerse cargo del “cacho” pero su mentalidad de mercanchifle lo constriñe a exigir el respeto a lo acordado a su contraparte, la presidencia desde su punto de vista es un derecho adquirido, un crédito a favor.

La presidenta y su sucesor han actuado como tonto y retonto; a causa de ello, y como un medio de mitigar los efectos, han recurrido a la farándula para apuntalarse.

Hemos recuperado la fe.

Las políticas emprendidas por el gobierno deben entenderse como la continuación de la catástrofe por otros medios. En especial, la cabida que le han dado a las grandes empresas para rematar los despojos, asistidas por los medios de comunicación y la iglesia católica.

La reconstrucción costará, según cálculos gruesos y conservadores, treinta mil millones de pesos. La presidenta, y su sucesor, respaldan la campaña televisiva organizada por Don Francisco la que recauda una suma QUINIENTAS VECES MENOR a la requerida. Es decir, se colectaron treinta mil millones de pesos, a penas sesenta millones de dólares, el 0,2% de la cifra requerida.

Al menos Velasco fue capaz de reconocer que las donaciones de las empresas se descuentan de los impuestos, es decir, es primera vez que alguna autoridad de este país reconoce que las empresas “solidarias” están donando dinero nuestro. Esos recursos llegarían a las arcas fiscales si es que no se desviaran a la teletón, hogar de cristo, techo para chile, etc. Las instituciones “solidarias” han cabildeado para que se estatuyeran leyes a su medida, de ese modo se sostiene el poder político de la iglesia católica mediante sus colegios y fundaciones, o de instituciones nominalmente laicas como la teleton y un techo para chile, tan vinculadas al macroempresariado que parecen una agencia de él.

Treinta millones de dólares no sólo es una cifra insignificante sino que se trata de un modo de desvestir un santo, la recaudación fiscal, para vestir a otro. Chile ayuda a Chile está bien dicho, no es dinero que venga desde fuera del país, las “donaciones” de las empresas son meramente ilusorias, y quienes donan en el banco subsidian al macroempresariado, medios de comunicación y gobierno para que limpien su imagen severamente deteriorada por el modo en que han reaccionado a la catástrofe. Como ha sido la historia del país el Chile pobre ayuda al Chile rico a conservar y solidificar sus privilegios. Peor aún, la falsa solución hará que muchos piensen que este asunto está resuelto sin comprender que la calamidad recién comienza.

Cuando los rostros declaran “hemos recuperado la fe”, lo que quieren decir es “hemos conservado el control”.

El ejemplo de Dresde.

La ciudad alemana de Dresde fue criminalmente bombardeada por días durante la segunda guerra mundial. Allí los aliados desataron la mayor agresión en contra de la población civil indefensa que se registre en Europa; a nivel mundial tal masacre sólo es comparable con las atómicas de Hiroshima, Nagasaky o por el bombardeo CNN en Bagdad.

En Dresde no quedó piedra sobre piedra. Sin embargo la ciudad fue reconstruida; se podría decir que en vez que restauración se trató del levantamiento de una réplica de Dresde en el mismo sitio que ocupaba.

El modo de reconstrucción europeo y japonés contrasta con el chileno.

Chillán ha sido destruido tres vez por un terremoto, en las dos oportunidades anteriores la ciudad se trasladó, eso explica que exista un Chillán viejo y otro Chillán, menos conocido, aún más viejo. Concepción se ubicaba en un principio en Penco, por esa razón sus habitantes son llamados penquistas, y después de un terremoto se abandonó la ciudad en ruinas y se construyó otra, a kilómetros de distancia. Gran parte de Valdivia se derrumbó en 1960, otra sencillamente se hundió unos ocho metros quedando bajo el nivel del río y del océano. Aquel sector de la ciudad fue abandonado pero de a poco comenzó a ser ocupado por las personas de escasos recursos, es lo que se conoce como los “barrios bajos”. Chaiten fue destruida por su volcán, la solución del gobierno, anunciada pero aún no ejecutada, es el traslado de la ciudad. El único caso de una ciudad destruida que ha conservado su emplazamiento es Valparaiso, que como todos sabemos, es un lugar en ruinas desde hace más de cien años; lo que algunos consideran “pintoresco”, ha sido el modo de adaptarse a los calamitosos terremotos, incendios y bombardeos.

El modo de reconstrucción chileno es, por lo tanto, el opuesto al europeo y el japonés. Lo que sucederá, si no se varía radicalmente el rumbo, es que se construyan ciudades campamento de emergencia afuera de los emplazamientos en ruinas. Tales campamentos terminarán siendo ciudades satélites, como alto hospicio, las ciudades mismas como en Concepción y Chillán, o quedarán barrios abandonados por décadas como en Valdivia. Si se conservan los emplazamientos Talca, por ejemplo, será una ciudad ruinosa como Valparaiso y quizá en cinco décadas la postulen a patrimonio de la humanidad por la UNESCO.

Cuando todos hablan de reconstruir y ayudar es imperativo precisar a qué se están refiriendo, si al modo europeo o al chileno. Treinta mil millones de dólares cuesta la reconstrucción a la “chilena”, la que pretende que los poblados conserven sus nombres pero se aniquile su urbanización y queden arruinados permanentemente.

En este país se cree que levantar una ciudad es exclusivamente proveer techos olvidando que lo que se ha aniquilado, conjuntamente con la infraestructura, es la economía de varias de esas ciudades. Aunque se les construyan casas sólidas y definitivas a todos los damnificados ello de nada servirá si sus fuentes laborales han desaparecido. Por ejemplo el litoral desde la sexta hasta la novena región está destruido (una costa de seiscientos kilómetros), la mayor parte de las ciudades y caseríos de ese sector habían estado dedicadas, a veces exclusivamente, al turismo ¿Servirá de algo reconstruir Cobquecura? No sólo serán pocos los empresarios turísticos lo suficientemente valientes para quedarse en pueblos asolados por un tsunami, también escasearán los turistas. Deberá pasar una o dos generaciones para que recién algunos se aventuren a recorrer el litoral arrasado, así pasó con Corral, Niebla, Curiñanco, Queule y Puerto Saavedra después de haber sido demolidos por el maremoto de 1960: Hasta hoy son pueblos fantasma. El turismo en esa zona se ha arruinado y sin empleo no hay ciudades ¿Ofrecerán los planes de reconversión laboral de Lota y Coronel como solución?

La reconstrucción a la chilena no es un propósito serio. Sólo se quiere ganar tiempo, los poblados destruidos serán olvidados al igual que con Chaitén o el Norte grande.

Valdivia nunca ha podido recuperarse y hoy no es ni la sombra de lo que era hasta mayo de 1960. El Lota y Coronel la reconversión laboral fue calamitosa, por lo que la recuperación económica de las zonas devastadas es tan ilusoria como la de su infraestructura.

La problemática y la solucionática.

Quién sufre una desgracia en este país es asistido caritativamente por el gobierno o por las instituciones mediante las cuales se ha “privatizado”, siempre y cuando la TV desate las culpas colectivas en latencia. Esto se hace desde una mentalidad inmediatista. Sobran las mediagüas, las frazadas y el cafecito, y falta el concepto de indemnización, es decir, de dejar a los afectados por una catástrofe de la misma manera en que estaban antes de su ocurrencia.

El despliegue de esta mentalidad, exponenciada por los anticuados dogmas de fe neoliberales, provocarán en este caso una masiva migración de las zonas devastadas hacia Santiago, ciudad aún en pie y con empleos disponibles, lo que aumentará su ya inflacionado tamaño, la marginalidad y la cesantía. Los poblados antes prósperos serán pueblos olvidados. Esa será la consecuencia de la aplicación estricta de las reglas del mercado en la zona de catástrofe; un caso excepcional requiere de una solución excepcional. Lamentablemente ello exige elites extraordinarias como la alemana y la japonesa; nuestra lumpen burguesía sólo pretende conservar el poder y ganar unas chauchas sobre la marcha.

Se requiere un programa intenso de renacionalización del cobre y de actividades estratégicas, para financiar la reconstrucción y dirigir la economía, único modo de recuperar el empleo. Carreteras, agua, electricidad y telecomunicaciones públicas. Una empresa constructora perteneciente al Estado de modo de canalizar ayuda internacional y dirigir la reconstrucción de viviendas e infraestructura ¿Acaso creen que los donantes externos querrán pasar dinero que llegará a los bolsillos de los privados?

La catástrofe es tan grande que es comparable a los efectos devastadores de una guerra, por ende, sólo una economía de guerra, léase centralmente planificada, podrá hacerle frente. Seguir aplicando el neoliberalismo en la zona devastada es abrir la posibilidad al saqueo de macroempresariado, ellos no se llevan un tv plasma, se roban hasta el azul del cielo. La alternativa a la doctrina del Shock, es decir el remate al mejor postor de los despojos y los seres humanos que habitan en ellos, es la reconstrucción keynesiana, el mismo modelo que utilizó Europa después de la segunda guerra mundial.

Si a nuestra elite le sigue interesando sólo los índices macroeconómicos la calamidad se esconderá con las positivas cifras de la reconstrucción, pese a que se haya africanizado la mitad del país. Como una cruel ironía Chile se habrá transformado en el Burundi de sudamerica.

Esto es sólo un anticipo.

Los connotados expertos que correcta y oportunamente anticiparon este terremoto, silenciados y ridiculizados por el gobierno, señalan que un sismo de igual, y quizá mayor magnitud, se producirá en pocos años en el norte del país. No sólo es urgente la reconstrucción integral, a la europea, sino que un nuevo modo de anticiparse a las catástrofes que tarde o temprano nos asolarán.

Para ambas tareas se requiere un Estado fuerte, con capacidad técnica y política para emprender actividades económicas estratégicas, es decir, uno diferente, es más, uno opuesto al chileno.